Buena proteína, sin gluten y un cereal indicado para los meses fríos o los momentos en que necesitamos reforzar nuestra energía.
El trigo sarraceno o gusta mucho o se rechaza de lleno. Tiene un sabor muy especial y el secreto está en combinarlo con verduras dulces o encontrar una salsa bastante aromática como para neutralizar su intenso gusto, muy nuevo para nosotros en el mundo de los cereales.
El toque especial de este plato se lo da el aceite que condimenta la zanahoria. Aceite de sésamo tostado que, mezclado con jengibre fresco, reinventa las zanahorias y las deja muy suculentas. ¿Lo probamos?
INGREDIENTES:
-Un vaso de trigo sarraceno ecológico
-4 zanahorias ecológicas
-Sal marina
-Jengibre fresco
-Aceite de oliva virgen
-Aceite de sésamo tostado
PREPARACIÓN:
1.Lavamos el trigo sarraceno y lo ponemos a cocer con 2 vasos de agua.
Añadimos la sal en los últimos 5 minutos.
2. Lavamos bien las zanahorias y las cortamos en varitas muy delgadas.
3. Salteamos las zanahorias con un poco de aceite de oliva, sal y dos rodajas de jengibre fresco cortadas en trozos muy pequeños.
4. Cuando la zanahoria esté blandita, acabamos el salteado con unas gotas de aceite de sésamo tostado para aromatizar.
5. Servimos el sarraceno utilizando moldes individuales y coronamos con abundante zanahoria.
