No las distinguirás de una pechuga de pollo. Dicen que Beyond Meat ha encontrado el santo grial. Pollo vegetal elaborado con proteína de soja, guisante y amaranto sale al mercado gastronómico americano como alternativa al exceso de producto animal y a la contaminación de la ganadería industrializada.
El País anunciaba hace unos días que las ‘startups’ irrumpen en la cocina. Grandes magnates como Bill Gates o el actor Matt Damon están invirtiendo en gastrotecnología con propuestas revolucionarias que apuestan por la alimentación como mercado de futuro.
Al otro lado del Atlántico crece de forma intensa el interés por una alimentación natural y basada en los productos de proximidad que permita reducir las grasas animales y otros tóxicos que enferman, con la intención de que se reduzcan también las emisiones del ganado a la atmósfera.
En este escenario ha nacido Beyond Meat, Más allá de la carne, una empresa que ha dado con la fórmula para fabricar pollo con proteínas vegetales y hacer que los más acreditados chefs den su aprobación, con nota alta, al resultado conseguido.
El fundador de la firma, Ethan Brown, declara en su web que fundó Beyond Meat en Heartland (Columbia, Missouri) “con un objetivo primordial: crear proteínas de origen vegetal con el sabor, la textura y la nutrición de la carne de los animales”.
Brown creció visitando una granja de productos lácteos junto a su padre, profesor de política ambiental en la Universidad de Maryland y llegó a creer que las 100 vacas de la granja debían ser tratadas con tanto amor como los perros de la familia. Y así, dejó de comer carne a los 13 años y se hizo vegetariano, según declaraciones a Los Angeles Times.
El pollo vegetal, que se comercializa en tiras y trozos similares a las pechugas, está elaborado a partir de soja no transgénica, proteína de guisantes, amaranto, cebolla, zanahoria y especias. Se ha llegado a lo que se define como el “santo grial” de la carne de imitación, a través de un trabajo de investigación de Fu-hung Hsieh y Harold Huff en la Universidad de Missouri . El equipo ha desarrollado una técnica que rompe las proteínas de soja por la alternancia de altas temperaturas con una alta presión que dan en la boca la sensación de pollo real.
Brown explica en su web que “no puede controlar lo que hacen los productores de carne de animales en sus instalaciones, pero puedo prometer que siempre vamos a poner la salud y la seguridad en primer lugar” y por ello ha abierto las puertas de su empresa a todos los que quieran visitarlas y conocer el sistema de producción.
Personalmente prefiero un buen plato de arroz con verduras. Es un producto elaborado en industria, sí, pero si permite que una parte de los consumidores de carne encuentre satisfacción comiendo este pollo, estamos equiparando el producto con las hamburguesas de tofu, las salchichas de seitán y las albóndigas de tempeh. Ahí está este pollo para el que quiera probarlo…
Imagen: Beyond Meat