Cada vez más investigaciones prueban que el poder antiinflamatorio de la moringa es una gran ayuda para prevenir y frenar enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. Este maravilloso árbol que llegó como un complemento alimenticio (aunque tiene la fuerza completa para llamarse alimento) forma parte ya de formulaciones de cosmética y líneas de higiene con unos muy buenos resultados.
En una de las últimas ediciones de Biocultura Madrid me colé por error en una conferencia sobre la Moringa (lo dejo en mayúsculas para darle la importancia que aquí merece..). No había oído hasta aquel día la palabra y reconozco que no tenía ni idea de si iban a hablar sobre una alga nueva o sobre una cepa de bacterías…Pero me quedé y salí impresionada por la información y documentación que se expuso sobre este árbol, originario de La India y que hoy ya se cultiva en Canarias, Murcia y Valencia.
Vistos a distancia corta, miles de productos naturales poseen propiedades beneficiosas, y a veces casi exclusivas, para nutrirnos diariamente o ayudarnos en momentos puntuales.
Fidel Castro la popularizó al asegurar que la moringa ha reducido la desnutrición en Cuba y que su consumo fue la causa de su propia curación de un cáncer.
Lo cierto es que la moringa tiene esas dos cualidades que no esperas encontrar en un producto vegetal: proteína completa y vitamina B12 (con todo el debate abierto de si la B12 procedente de vegetales se puede metabolizar porque aquí se argumenta existe por la presencia de microorganismos). Ahora, cuando tanto se alerta a los veganos sobre la necesidad de recurrir a suplementos para no sufrir un déficit de nutrientes completos que no pueden conseguirse fuera del reino animal, las hojas de un árbol prometen grandes aportes.
Y su utilización no es nueva. Viene empleándose desde hace algo más de cincuenta años para prevenir y curar múltiples enfermedades porque se le ha reconocido su capacidad para reforzar el sistema inmunológico y reconstruir la estructura de las células. Además, casi todas las partes de la planta pueden usarse con fines medicinales.
Pero además, las investigaciones sobre la moringa le atribuyen los siguientes beneficios:
-Controla y reduce los niveles de colesterol.
-Ayuda al buen funcionamiento del hígado y los riñones.
-Es un potente antioxidante
-Mejora la circulación sanguínea
-Gran ayuda para la diabetes porque regula el azúcar en sangre
-Mejora el aspecto de la piel y reduce la aparición de arrugas y líneas finas .
-Aumenta la energía
-Mejora la digestión
-Es un fantástico anti-inflamatorio
La moringa contiene, además, quercetina, kemferol y tocoferol, sustancias que ayudan a prevenir el cáncer y que lo convierten en un buen tratamiento coadyuvante.
Con todo, la moringa cultivada en suelo nacional ya puede consumirse en España. Está disponible en hoja, para tomar en infusiones, y en polvo para mezclar con bebidas, batidos y agregar a las sopas y otros platos.
Tomé mi primera infusión de moringa en Biocultura, durante aquella conferencia, y os puedo decir que tiene un suave sabor a hierba si solo se bebe su decocción. Sin embargo, después de la feria la compré en polvo y de vez en cuando la agrego a los caldos de verduras para un mayor aporte nutricional. Pero hoy tengo en casa hasta cosmética formulada con moringa.
Ahora he aprendido a tomarla si noto que estoy comenzando a resfriarme o estoy especialmente cansada porque proporciona una rápida recuperación.
Pero más allá, ¿imagináis lo importante que es su incorporación a la dieta de los países con graves problemas de desnutrición como Etiopía donde además crece de forma natural?
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Un buen argumento para tomarlo es hacer unos día de Detox y limpiza porque combina super greens, semillas, frutas y raíces, aporta energía con una excelente mezcla de antioxidantes. Y además proporciona una variada mezcla nutritiva: proteínas, carbohidratos, vitaminas A, C, D, E K, B1, B2, B3, B6, B12, ácido fólico, hierro, zinc, magnesio, potasio y calcio.
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