Coincidiendo con Biocultura he ido a conocer un nuevo restaurante en Madrid, en la zona de El Retiro, del que me habían hablado muy bien hace pocas semanas. Se llama Level y es un vegano con muchas propuestas raw que combina la nueva cocina experimental con el más puro sentido de comer cien por cien vegetales buscando en este grupo alternativas a los lácteos y sus derivados.
Level es un restaurante espacioso, muy bien iluminado, donde predominan los colores tierra y los materiales naturales. Conviven en él la gastronomía saludable y el arte. Ahora se reserva una de las inacabables paredes interiores a una exposición de pintura muy colorista que anima y puntea el espacio.
La carta es sugerente y novedosa, con platos clásicos como la lasaña de verduras, una crema de calabacín amarillo, falafel o brochetas de champiñón. La innovación radica en que el falafel, la gran herencia de la cocina de oriente medio, está hecha sin garbanzo y preparada a base de frutos secos, semillas y verduras deshidratadas durante veinte horas y servidos con una salsa tahín. Es un plato crudivegano, considerado alimentación viva, en cuya preparación no se ha pasado de los 41 grados.
Hay muchas más propuestas en su cocina: ensalada de quinoa con cilantro y limón, patés vegetales sobre pan de cebolla deshidratado, espaguetti de calabacín con salsa al pesto….Pero destaco el veggie roll, un plato crudivegano preparado con láminas deshidratadas y relleno de germinados, de un sabor especialmente delicado y picante, activo, tan vivo como su brotes de verdura.
Y así se llega a los postres, todos ellos sin azúcar y alguno de ellos crudivegano. Quise probar la tarta de zanahoria (una de mis favoritas…) pero no tenía más hambre tras la cena y compartí un bocado de las elecciones de mis compañeros.
Por recomendación de dos de los camareros (quisimos tener consenso!) pedimos los Besos de Fresa (finas láminas rellenas de crema a la vainilla con trocitos de plátano sobre una base de salsa de chocolate), un plato crudivegano que no me sedujo. Y también una tarta (sorry, cuyo nombre he olvidado y os muestro en la imagen) que sí me gustó mucho. Su Tarta de zanahoria está preparada con especias y glaseado de coco y vainilla, un plato crudivegano. Y la Tarta de queso con un base de higos y nueces de Brasil y acompañada de coulis de arándanos.
La atención por parte del personal, sinceramente, de 10. Al acabar nos vino a saludar la chef, Júlia, joven y creativa, que se disculpó por los fallafels que hoy quedaron bastante secos y a los que Level nos invitaba.
Si vives en Madrid o pasas por la ciudad, piérdete en El Retiro y reencuéntrate en la mesa saludable de Level.