Cuando hago un plato que gusta a mi hija de 14 años, lo llevo a la lista de los aprobados con nota. No iba a ser menos! Complacer a una adolescente con recetas sanas es una doble felicidad.
Las croquetas de mijo, por muy suculentas que sean, el pastel de polenta, por muy cremoso que quede, o la sopa de cebolla, por muy gratinada que la sirva (le pongo levadura nutricional por encima y la llevo al horno unos minutos antes de tomarla) no tienen el éxito que han tenido estas sencillas bolas de arroz. Se ha tomado más de la mitad de la bandeja!
Las bolas de arroz son un clásico, y un básico, de la cocina japonesa. Conocidas como Onigiri, se pueden hacer solas o rellenas, utilizando alga nori y algunos otros ingredientes que yo no he empleado.
Muy fáciles de digerir y muy prácticas para llevar a comer fuera de casa.
Eso sí, el secreto está en cocinar muy bien el arroz. Dejarlo perfecto porque es casi todo de lo que se va a disfrutar.
INGREDIENTES:
-1 vaso de arroz integral de Calasparra
-Sal marina
-Aceite de oliva virgen
-Un trocito de alga kombu
-Salsa de soja
–Sésamo negro
PREPARACIÓN:
1.Lavamos el arroz y lo ponemos a cocer con dos vasos y un pelín más de agua de buena calidad con un trocito de alga kombu.
2. Cuando haya absorbido casi todo el agua, añadir una pizca de sal y unas gotas de salsa de soja. Tomará un color más bonito y un ligero sabor a la soja.
3. Dejamos que se enfríe un poco y empezamos a formar las bolas, humedeciendo las manos con agua fría y apretando bien el arroz.
4. Disponemos las semillas de sésamo en un plato y vamos rebozando las bolas.
5. Finalmente, llevamos las bolas a una bandeja de horno, les añadimos un chorrito de aceite por encima y horneamos unos 10 minutos para que el sésamo se tueste y quede crujiente.
NOTA: Las he servido junto a un paté de zanahoria y almendra para ir combinando los sabores al morder.
